domingo, 22 de marzo de 2020

Domingo de marzo

Me levanto y parece un domingo normal. Hay latas por todo el salón, hay vasos a medias y charcos pegajosos en el parqué. Entro a la cocina sin mucha esperanza pero encuentro un par de trozos de una pizza que no recordaba haber pedido. Me la como mirando a la nada en el sofá. Me apetece escuchar algo de guitarra. Lo hago. Me apetece salir a que me dé el sol en la cara. No lo hago. No puedo. Estamos todos acojonados otro día más, sacando la cabeza por la ventana con precaución por si la brisa que nos peina el bigote arrasa nuestro sistema inmune o el de alguien a quien miremos a menos de un metro. O el de los que están a 9.000 kilómetros.

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